Tiempo de recreo

A lo largo del día y durante bastantes espacios de tiempo, mayores a medida que el niño va creciendo, los alumnos tienen que ceñirse a actividades programadas, sentados frente a pupitres,manteniendo la atención, y teniendo que dar respuestas acordes a los objetivos curriculares de cada ciclo escolar.

Tras estos periodos de tiempo de clases, el recreo se convierte en un espacio de enorme importancia; supone un descanso de las clases, de las exigencias intelectuales y académicas. El equipamiento de recreo disponible en el patio puede proporcionar a los alumnos una dieta sensorial que les ayude a seguir participando adecuadamente el resto del día en las clases. La falta de recreo puede producir una situación límite en su estado de alerta, con las consecuencias que ello puede acarrear para el transcurso del aprendizaje en el aula.

Además de facilitar la participación del niño en las clases, supone una de las herramientas más importantes de la escuela para colaborar en la adecuada integración sensorial del niño, contribuyendo de manera importante a su desarrollo sensoriomotor.

Desde que nacemos, incluso ya en el vientre materno, estamos expuestos a numerosos estímulos sensoriales que son recogidos por nuestro cuerpo, e integrados y procesados en nuestro cerebro. Este procesamiento nos permite ir dando respuestas adaptadas a lo que el medio nos requiere; respuestas cada vez más evolucionadas. Así, el bebé inicialmente sólo es capaz de mover brazos y piernas, ante un sonido será capaz de voltearse, para después sentarse, gatear, caminar, buscar objetos en un cajón, sonreír ante una mueca de su padre, agarrar el biberón, vestir a una muñeca, trepar en el parque, aprender los colores, jugar a la comba, leer, escribir… Las primeras etapas de la vida son un período esencial para la adquisición de destrezas y conocimientos, que más adelante le serán útiles en su rendimiento académico.

El que un colegio disponga de patios con diferente equipamiento, en el que los niños puedan recibir variedad de estímulos sensoriales supone un apoyo importante a su desarrollo; contribuirá a que el niño, a su ritmo, vaya interactuando con ellos y fomente así su procesamiento neurológico.
Por ello es muy importante el uso de elementos variados y ricos sensorialmente en los patios escolares. Idealmente aconsejamos los espacios con areneros, toboganes, elementos para trepar,columpios, cuerdas… Ensuciarse, trepar, saltar, columpiarse…. es una muestra de que el niño explora, que experimenta, que se divierte y madura de manera natural.